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La regeneración democrática y el partido democrático

Parafraseando a Lenin, “sin un partido democrático ejemplar no tendrá cabida un discurso de regeneración democrática creíble”. El cómo se organizará este partido en el futuro ha devenido en la cuestión capital a la que nos enfrentamos todos los que formamos parte de UPyD.

Mi compromiso con este partido, desde su fundación, me obliga y tal vez me autoriza a exponer las siguientes reflexiones sobre nuestro próximo congreso. Pondré el parche antes de que salga el grano: Soy partidario de una organización…organizada. Con palabras de otros tiempos (y de otros partidos) soy partidario de resoluciones firmes, adoptadas por los órganos que están obligados y facultados para hacerlo. En resumen, soy partidario de que existan normas y de que se cumplan.


¿Cabe la posibilidad de un uso equivocado de las mismas?. ¿Es posible utilizar las normas para impedir el necesario debate? Me temo que sí y que precisamente nosotros estamos en ese caso.


Creo imprescindible que, en nuestro congreso se traten algunos asuntos que el esquemático ¿e interesado? uso de las normas amenaza con evitar. Opino que el no tratarlos será negativo para el partido. Opino también que sería conveniente que la dirección del congreso, sin transgredir las referidas normas, tenga la inteligencia de posibilitar estos debates.


De salir triunfadores los objetivos organizativos previstos por la actual dirección, se habrá tirado por tierra el segundo, y probablemente último, intento de participación directa en la vida política del enorme impulso regenerador de este país. Se habrá dilapidado una gran cantidad de fuerzas e ilusiones. Todos; sí, todos, estamos emplazados a evitarlo.


Todavía estamos a tiempo de frenar dicho proceso y dar un golpe de timón que permita salir de esto con un partido unido y ejemplar en su funcionamiento, en coherencia con la función regeneradora que pretende ejercer ante la sociedad.



¿Qué hacer?


En primer lugar deben tomar conciencia de la importancia del debate todos los que de una manera u otra apostaron por este proyecto. Muy especialmente quienes creen –desde otros pedestales- que no se deben implicar en esto porque no les compete. También les concierne a quienes lo pretenden eludir por ser temas que afectan a cuestiones tales como la condición humana, la vanidad y al juego de poderes y alianzas propias de una organización humana y por tanto defectuosa per sé. Es decir, a los que piensan que esa no es su pelea.


Pues, lo siento mucho, pero es vuestra pelea, la nuestra, la de todos. Y además es decisiva. Abarca a todo el Partido y ha empezado por una sangría de afiliados y simpatizantes que de momento tiene soliviantada a una buena parte del partido que asiste atónito al desarrollo de los acontecimientos. Está afectando al meollo de la necesaria confianza entre dirigentes y dirigidos y está a punto de consagrarse un sistema de funcionamiento en el que se mira al discrepante como si del peor enemigo se tratase. De ahí a las purgas masivas, al sistema barriobajero y a los ascensos por prebendas sólo hay un paso.


Se dirá que, por el momento, el cómo se resuelvan las cuestiones organizativas, esto no altera el discurso político regenerador y que eso es lo esencial. Pero de seguir así todo se andaría. Con un sistema de funcionamiento como el que se quiere implantar, basado en el ordeno y mando como único canal de comunicación interna, la imprescindible percepción de la realidad y los datos que proporciona la experiencia y el trabajo se quedarían en nada. El endiosamiento y la huida de la realidad derivarían rápidamente hacia un discurso cada vez más irrealizable. Todo se quedaría en unos principios y dogmas biensonantes que terminarían por alejar a los sectores a los que queremos convencer.


La participación política diaria quedaría anulada por una interpretación esquemática y dogmática del referido “programa máximo”. Temo que acabaríamos pareciéndonos a Anguita (en el peor de los casos, espero que solo en eso). ¿Podemos imaginarnos la sonrisa burlona de quienes nos dijeron desde un principio que nuestro proyecto era irrealizable?. ¿ Nos imaginamos el ridículo de nuestros portavoces más destacados cuando nuestros adversarios insistan una y otra vez : “¡Arreglar primero vuestros asuntos internos y luego venís a darnos lecciones de democracia!”?


¿Cómo se explicará que numerosos miembros fundadores sean considerados por la actual dirección como enemigos de este proyecto?. ¿Quién confiará en un partido que se dice transversal si no es capaz de aglutinar en su seno a muchos de los mejores y los descalifica como traidores y falaces?

En segundo lugar, es necesario concentrar todos los esfuerzos en obligar al núcleo dirigente de este partido a llegar a un compromiso. Mi intuición y mi corazón me dicen que aún es posible, si se actúa con inteligencia y perspectiva política.


La dicotomía entre un partido fuerte, pragmático y eficaz o un partido débil sometido a continuos debates, y por ello falto de la necesaria unidad, es falsa. La actual dirección no ha explicado qué tipo de partido pretende configurar con su discutido proyecto organizativo. Ha levantado continuamente el fantasma del fracaso de C´s, para proponer un partido rancio y obsoleto. Es decir, un partido con gran parecido a los de corte leninista de infausto recuerdo para algunos de nosotros. Un partido que tiene poco que ver con un proyecto atractivo, joven y esperanzador, con la mirada puesta en el futuro y con capacidad de ilusionar a los que viven en el siglo XXI . En definitiva, un partido que no asuste a nadie resucitando fantasmas del pasado.


No es difícil aventurar que de celebrarse el próximo congreso bajo la ignominia de haber eliminado del debate a todo aquel que ha sido considerado enemigo del proyecto por parte de la actual dirección, será un fracaso. Quizás no inmediatamente, pero a medio y largo plazo los éxitos aparentes no darán para pagar las facturas del destrozo cometido ahora. Es de constatar también que los críticos y sancionados, a los que se nos elimina del debate ,o se autoexcluyen voluntariamente, no tendríamos posibilidades reales de invertir la mayoría resultante del Congreso. Paradójicamente creo que, aunque con menores apoyos, nos avalan más razones democráticas que a nuestros oponentes.


Conclusión. Ante la perspectiva de un Congreso triomfant para algunos y la derrota por goleada de otros tras un proceso con las reglas de juego trucadas, es necesario proponer al conjunto del partido una especie de armisticio. Un pacto con unas negociaciones de urgencia entre los distintos sectores que permitan llegar a un Congreso donde quepamos todos o al menos la gran mayoría.


Estoy convencido que todavía quedan posibilidades para lograrlo. Conozco a muchos de los “rebeldes y herejes” y creo que les supondría un gran alivio a la vez que un respiro. Estoy seguro de que todos podemos archivar venganzas y agravios con la esperanza de que algo cambie. De quienes ostentan la máxima representación actualmente en el Partido – no por elección sino por delegación- es esperable cierta dosis de magnanimidad y responsabilidad.


Confío en que todos estemos a la altura de las circunstancias.



      Ramón Ibarrola San Martín
      Coordinador Territorial de Navarra

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¿Somos todos iguales ante las leyes en UPyD?

Estoy seguro de que no todos los afiliados entenderán mi denuncia. Sé que muchos no la admitirán porque son de aquellos que dicen estar ¡con Rosa a muerte!, haga lo que haga ésta. Otros con un sentido más práctico que, no renunciando a realizar crítica, entienden que hay que dejar a Rosa fuera de cualquier reproche, como figura filigranera de porcelana que hay que preservar a cualquier precio por aquello de que no es comprensible un UPyD sin Rosa, y cierto que, hoy por hoy, no es concebible, incluso para mí. De todas formas no se tomen las anteriores definiciones como un intento de devaluar sus criterios; de esas posiciones estoy muy alejado de una y más cercano a la otra pero reconociendo que están tan en su derecho, como yo en el mío de hacer lo que hago.

Para que nadie, pese a denostados intentos de algunos, me confunda con un Golum destructivo, ahora que están tan de moda, deseo dejar muy claro que nadie ha solicitado desde antes y con tanta insistencia como yo, la puesta en funcionamiento de la famosa por esquiva y aparentemente inalcanzable intranet, fundamental para preservar hacia la intimidad del interior del partido y de los afiliados, cualquier necesaria, justa y respetuosa crítica que tengamos que realizar. Como me consta que la tecnología está en el mercado, una de dos o no se desea que funcione la intranet, o alguien se niega a cambiar de proveedor de servicio, por inadecuado, si es que el problema fuera éste, lo cual dudo.

Así que no es tan destructivo, llegar a cuestionarse si no habría que entender esa no disponibilidad de la intranet, como la voluntad por parte de los que deciden, de que no existan canales de comunicación interna, sino meras transmisiones de consignas. Y a la vista de como se radicalizan las respuestas desde la dirección, hay que entender que esta alternativa es la correcta.


Si alguien duda aún de esa radicalización que más que respuestas parece dar coces, solo hay que leer los calificativos que obsequian desde el púlpito de la web del partido, a todo el que no comulgue y abrace la fe del nuevo evangelio laico: chantajistas, doble moral, retorcida estulticia, canallesca deslealtad, delincuentes, mentiroso, resentidos, caraduras, entre otros, todos ellos coherentes con la regeneración democrática y una forma diferente de hacer política, alejada de insultos. No olvidéis que, pese a como actúan, el partido no es propiedad del evangelizador, ni de su jefa.

El problema es que parece inevitable que a lo anterior y a los continuos, y hasta antiestatutarios, cambios de criterios organizativos y de todo tipo, tendremos que añadir una terrible pérdida de inteligencia analítica a la ya notoria carencia de humildad de Rosa. Por tanto, ha llegado el momento de elegir entre subirse a los altares con ella o salvar el Proyecto que para mí es lo realmente importante, lo más importante.

Cabe preguntarse, enlazando con el final del artículo de Josefina Fraile, si también esperaban que a ciudadanos, cuando menos, medianamente inteligentes que ansían una auténtica regeneración de la sociedad española, se les podría engañar con el toco-mocho de hurtarles lo que, sin duda era una actividad colectiva y participativa, con debates, análisis críticos, proyectos comunes, etc. eliminando cualquier diversidad crítica e implantando la única obediencia genética de las abejas obreras. Craso error, sólo los dioses pueden jugar a serlo y, a fuer de ser laicos, habíamos quedado en que no existían.

Si todo lo anterior no vale para que no se cuestione la legitimidad de mi desconfianza, solo recuerden la cantidad de documentos que se han extraviado o están-sinestar. Por ello, pasado más de quince días, sin contestación, desde que entregué en las oficinas de la calle Orense, una solicitud al Consejo de Dirección para que se abra expediente disciplinario por falta grave con posible sanción de expulsión del partido para Rosa Díez.

























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Como comprobarán por el escrito, los motivos para dicha apertura son los mismos que aquellos por los que se nos abrió a nosotros. Ni que decir tiene que no considero que en los hechos existan motivos para dicho expediente, como tampoco existían para abrirlo contra nosotros y, por lo visto, supongo que tampoco existieron para abrir otros anteriores o posteriores al nuestro. Pero si tan alto órgano del partido como el Consejo de Dirección, en el que se concentran cualificados profesionales, el único con capacidad para interpretar los estatutos y reglamentos, tan lejos del alcance cognitivo del simple afiliado, decide que sí es motivo, no seré yo el que les desdiga pero sí tengo, tenemos, todo el derecho a exigirles que ese criterio se aplique por igual a todos los afiliados, sean críticos, Rosa, Agamenón o su porquero. Lo contrario, sería contravenir gravemente la Ley de Partido
.

A resaltar que varios de los miembros del CD son letrados y hasta hay un catedrático de Constitucional por lo que no creo que argumenten desconocimiento de las leyes pertinentes, sería inconcebible y patético.


Como me ha llegado noticia de que, ademas de desaparecer sin perderse, pueden pasar de mi denuncia por ser realizada por un expedientado, cosa que no es cierta, pero puede complicar el asunto, sería muy conveniente que afiliados sin expediente alguno, realizaran la denuncia; así ya en el CD no tendrían excusa para evitar enfrentarse con el conflicto del "a ti te aplico las leyes y te abro expediente, a ti no te aplico las leyes y no te abro expediente"
También coloco un enlace al documento, en versión Word para que quién lo desee lo pueda descargar rellenarlo en su ordenador y enviarlo a la sede del partido.

Mi consejo es que se envíe por Burofax o si pueden desplazarse a Madrid, a la sede de la calle Orense, 25-6º, llevando original y copia del documento y que te den una con sello de UPyD, firma y fecha de recepción. Allí tienen obligación de recoger los documentos pues mientras no comuniquen a todos los afiliados la apertura de la sede de la calle Cedaceros, la sede oficial está en c/. Orense.


      Juan Espino Madrid - Rivas
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La rebelión de los creyentes

Nos fuimos de vacaciones en julio con una declaración de RD a los medios de comunicación, tras la apertura de expedientes de expulsión a 14 afiliados críticos y la dimisión de Mikel Buesa, en la que negaba cualquier crisis en el partido, alegando que se trataba de una simple enfermedad de crecimiento. Nada anormal. Pero nada puede ser más anormal que en los albores de un “partido nuevo” venido a regenerar la democracia, se ejerza la selección negativa “expulsando a los mejores y promocionando a los individuos mediocres y sin escrúpulos”. Ni que, salvo excepciones, la afiliación del partido haya guardado un silencio vergonzante. Como vergonzante es que quienes tienen la responsabilidad de tutelar un proyecto social, suscrito por más de trescientasmil personas, hayan sustituido la lealtad a ese proyecto y el respeto al votante que nos puso en el Congreso, por el culto a un líder. Anormal es, en fín, que el aspirante a bombero se enamore del fuego y se convierta en pirómano; aunque Freud lo calificaría de edipo irresuelto.

El verano vino bien para bucear en las hemerotecas, alucinar entre las frases de ayer y los hechos de hoy, reflexionar y concluir que el problema de la criatura no es otro que la enfermedad de sus dirigentes. Grave por cierto, porque deriva en la pérdida de memoria, de conciencia, en la perversión del pensamiento, del lenguaje y por ende del comportamiento. Eso explica que se siga errando de cara a la organización del próximo congreso, especialmente en lo relativo al reglamento regulador, al margen de la legalidad. Todo sumado, hizo que este verano también sirviera para poner en perspectiva las dudas entre salvar el partido o salvar el proyecto, y si esa salvación puede venir con las suficientes garantías por parte de quien ha ocasionado la debacle. Con dolor, las posturas se van alineando hacia el convencimiento de que esto no tiene arreglo y de que por encima de todo es preciso salvar el proyecto; con otro nombre y otras gentes. Ello no quita para que se haya organizado un movimiento de resistencia con el fin de plantar cara en un congreso viciado de antemano. Saben que más importante que ganar un debate nulo, es recuperar su autoestima, denunciando el fraude del que se ha sido objeto. Además, no es solo cuestión de salud mental, responsabilidad, coherencia y respeto hacia el manifiesto que suscribieron, sino también de pedagogía democrática, destinada a afiliados, partidos y líderes políticos. ¡Bravo por todos ellos!

Es mejor volver atrás que perderse en el camino, dice un adagio popular. Si el peor de los escenario se hace realidad y RD a falta de humildad, careciese de la inteligencia y de la capacidad suficientes para rectificar la actual trayectoria, retornar al manifiesto, recuperar a los expulsados, y liderar este proyecto con los mejores, más íntegros y capaces, la clausura del congreso dará la victoria, que no la razón, a quienes la han amañado. Pero como en el pecado está la penitencia, se habrán cortado la rama en la que habían hecho su nido. Con la renuncia de los justos, desprovisto el partido del elemento diferenciador que era su ideario y de su mejor gente, las municipales serán un fiasco social, ya que la materia prima con la que contarán (borregos que ni ven, ni quieren ver, o judas que ven, callan y otorgan por interés personal) no es la más apropiada ni para fidelizar un voto, ni para regenerar cosa alguna.

La pregunta es ¿qué puede aportar a la sociedad un partido edificado sobre la traición a su ideario fundacional con unas bases semejantes? Imaginémoslos en la visceral política municipal frente a dos poderosos partidos rivales que no dudarán en unir fuerzas para desacreditarlos sistemáticamente con razón o sin ella. Atados de pies y manos por la falta de credibilidad para hablar y defender fuera lo que no han tenido la valentía de defender dentro, sufrirán en carne propia las consecuencias de su silencio. Y como no hay razón de principios para aguantar la presión, los Judas, que son oportunistas natos, pronto verán más ventajoso pasarse a la competencia, con más medios. Ser cantera de tránsfugas es el futuro que le espera a un UPyD, construido sobre la base de esa selección negativa en un sistema de partidos consolidados. Es la otra cara de la moneda. El manipulador termina siendo manipulado. Y “la piragüa” se irá a pique en menos de lo que canta un gallo. Arrastrando con ella, eso sí, la esperanza de miles de ciudadanos. Lo imperdonable es que este sucio juego haya sido deliberado.

La deriva de UPyD ha sido tan grande en tan poco tiempo que solo se explica con la tesis de que el guión estaba escrito. El contexto socioeconómico del país con un estado débil, rehén de los nacionalismos, con el caos en la política terrorista, exterior, lingüística y educativa, con la sumisión del poder judicial al político, la corrupción salpicando a unos y otros ,..., fue bien aprovechado. Quienes habían decidido manejar los invisibles hilos de la fe para sus espurios fines y quienes necesitaban creer en una sociedad mejor, coincidieron en el quantum espacio tiempo. El marketing sería posible con el aval intelectual y moral de grandes plumas en el país. RD, por su parte, se encargaría de atraer al votante crítico aún a costa de “apropiarse de los mensajes y posiciones, que pertenecen a todos aquellos que han defendido desde, al menos, 1978 la libertad, la solidaridad y la igualdad de oportunidades, la división de poderes y la regeneración democrática de la política en España”, como dice Clemente Polo en la tribuna de El País, del sábado 5 de septiembre. Una vez seducidos, sería más fácil, en honor a la eficacia, virar hacia la autocracia, aprovechando la buena racha de la baza.

Entender por qué las cosas no podían haber sido de otro modo, requiere “adentrarse en la intrahistoria de UPyD” como dice Gerardo en su excelente artículo sobre la ponencia política. Llevar a buen puerto un proyecto transversal, exige un espíritu libre pensador capaz de promover un liderazgo nuevo, con capacidad para vertebrar y cohesionar fuerzas muy diversas en un marco nuevo, alejado del monolitismo digno de una organización de partido propia del siglo XIX. ¿Podían llevar a término ese proyecto quienes no habían tenido literalmente tiempo de cambiar el conocido espíritu de la rosa y el puño, de corte estalinista, especialmente diseñado para el sectarismo? - Solo quien ha deshecho el camino de la pertenencia ideológica, sabe cuan complicada y larga puede ser esa metamorfosis. Pero ante la duda imperó la fe.¡Cuantas facilidades se le dio al deseo y qué pocas a la razón!.

Durante un tiempo, RD fue una magnífica actriz en la portavocía de nuestros sueños políticos y expectativas. Pero quizás, obnubilados por la excelencia de las palabras, obviamos su limitación ideológica, intelectual y moral para convertirlas en hechos. Ahora, que el engaño se pone de manifiesto, nos queda la sensación de haber sido ingenuos en exceso. Pero en nuestra defensa alegaremos que la falta de fe es incompatible con la supervivencia. El ser humano cree porque necesita creer. Y los políticos lo saben. No en vano se afanan en convertir el laicismo en una religión de Estado. Ya que si algo han aprendido de ella, es a copiar sus mecanismos arcaicos de control y pertenencia mediante el dogma. Obviando, eso sí, el importante hecho de que en una sociedad individualista del siglo XXI, la elección entre el dogma o el libre arbitrio la hace el individuo. Por ello, elegimos creer ayer y hoy en nuestro manifiesto fundacional, patrimonio de todos. Y rebelarnos ante la manipulación de la que está siendo objeto para beneficio de unos pocos. Sí. R.D., eligió engañarnos, ha cometido un gran error. No obstante, su mayor error es haber creído que nunca le pediríamos cuentas por ello.

      Josefina Fraile
      Simpatizante y activista de UPyD, no afiliada
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La Ponencia de Estatuto y la Enmienda a la Totalidad

La Ponencia de Estatuto de UPyD tiene más de cincuenta páginas. Leerla entera y aún más analizarla requiere invertir tiempo y no es precisamente entretenido. Sin embargo, resulta muy revelador de las probables intenciones de sus autores y permite entrever las consecuencias de su aplicación. Ambas cosas son cruciales para quien desee tomar postura ante ella, bien sea votando a su favor o en su contra, bien sea criticándola como asunto público y político que es. Pero, sobre todo, es la prueba definitiva de si UPyD está siendo encaminado por su actual Dirección hacia lo que se pactó en su fundación y en su Manifiesto, así como de si se va a tratar o no de un partido nuevo y plenamente democrático.

Entiendo que en nuestro país puede haber personas que, cuando se trata de partidos políticos, sólo se fijan en las apariencias, en los mensajes propagandísticos de sus líderes o en la finalidad aparente de sus intenciones. Quien crea que da igual lo que suceda de puertas adentro, puede optar por ignorar todo lo que sigue o por valorarlo. Pero que nadie se engañe: un partido, si pretende ser democrático, no puede serlo sólo de puertas afuera.

Voy a intentar responder las siguientes preguntas:
  1. ¿Cómo es el Estatuto que ha elaborado la Dirección de UPyD?
  2. ¿Qué consecuencias previsibles en la organización y su política tendría ese texto?
  3. ¿Es consecuente con el Manifiesto Fundacional?
  4. ¿Qué se podría o debería cambiar?
  5. ¿Existe alternativa a la Ponencia?

¿Cómo es el Estatuto que ha elaborado la Dirección de UPyD?


Se diseña una organización con diversos órganos, tanto colegiados (Consejos y Comisiones)
como unipersonales (Portavoz y Coordinadores), en tres ámbitos territoriales diferentes (nacional, autonómico y local). De entre los órganos nacionales existen varios que, por su nombre, parecerían destinados al control (Garantías, Finanzas y Electoral). Los órganos de nivel provincial son meramente utilitarios, sin apenas trascendencia.

Sin embargo, el reparto de funciones y competencias es tal que concentra prácticamente todo el poder del partido en una sola persona: el Portavoz nacional. Esto es así porque ella presenta su lista cerrada y bloqueada para la elección del Consejo de Dirección, el cual a su vez tiene atribuidas casi todas las funciones de forma directa. No sólo es el “ejecutivo” del partido, sino que también es el “policía” que vigila y el “juez” que expedienta y expulsa e incluso puede “interpretar” el Estatuto. Decide quién puede afiliarse y quién no. También se asegura la acción normativa, ya que es quien elabora los Reglamentos. Igualmente toma las decisiones políticas e incluso decide las alianzas con otras fuerzas. La política del partido va a ser elaborada y decidida por el Consejo de Dirección, en su mayor parte de forma descaradamente directa y en el resto de los casos con la colaboración de órganos que controla. Decide la composición final de las candidaturas, con excepción de los cabezas de lista. Organiza e interviene intensivamente en los procesos electorales internos, incluido el de su propia renovación. Por si sus funciones fueran pocas, controla directamente un alto porcentaje del Consejo Político y de la Comisión Electoral y puede quitar y poner dirigentes territoriales. No sé si se me olvida algo, pero ellos por si acaso se atribuyen expresamente “cualquier otra función que no venga atribuida en los presentes Estatutos a ningún otro órgano”.

Hay que sumar a todo lo anterior que la elección del Consejo de Dirección se va a hacer por un procedimiento que no ha sido aprobado en Asamblea y que se inicia antes siquiera de que el Congreso haya comenzado.

Por otra parte, existe alguna limitación de mandatos pero tan inoperante que el Estatuto permite seguir a la persona que tendrá todo ese poder como Portavoz hasta doce años consecutivos, es decir hasta finales del año 2021.

Desde el punto de vista económico, se percibe una ausencia total de control de contratación y pagos a cargos internos o personas vinculadas a la Dirección del partido. Tampoco hay mecanismos de transparencia e información de la gestión económica a los afiliados.

Existe un mecanismo de expulsión camuflado como “baja del afiliado” de forma expeditiva, sin cumplir siquiera lo exigido por la Ley Orgánica de Partidos Políticos.

El Régimen Disciplinario, las medidas cautelares y las faltas que se definen son tan limitativos y permiten una interpretación tan arbitraria (recordemos que esa interpretación es potestad del Consejo de Dirección) que pueden acallar las críticas e incluso los debates y la posible existencia de cualquier tipo de oposición interna. En un partido así, trayectorias políticas como la de Rosa Díez hubieran terminado muy, muy rápidamente.


¿Qué consecuencias previsibles en la organización y su política tendría ese texto?

El Reglamento del I Congreso que promovió la Dirección, así como las acciones que ésta viene realizando (expedientes y expulsiones de los críticos, campaña de presiones durante el pre-congreso, etc.) favorecen descaradamente la reelección de los actuales dirigentes. Una vez que la Ponencia de Estatuto se aprobase, esa misma Dirección dispondría de todo el poder del partido, así como de los mecanismos para conservarlo cómodamente durante al menos doce años (hasta 2021).

En ese período de tiempo, la toma de decisiones vertical y tremendamente concentrada, serán el caldo de cultivo para que los afiliados más serviles (por ambición clientelar o por seguimiento ciego) se incorporen a un aparato monolítico e intelectualmente pasivo. Eso, unido a las enormes limitaciones al debate y la crítica, nos llevarán a un futuro nada democrático y además completamente estéril.

Esta es la principal falacia que contiene la Ponencia de Estatuto. Se intenta justificar la ausencia de democracia interna en aras de la eficacia. Sin embargo, detrás de ello se oculta una estructura mucho peor que la de otros partidos, eficaz sólo para la conservación de los privilegios de unos pocos. Una organización así, si sobrevive, sólo será implantando en sí misma los mismos vicios que decía combatir. ¿Eficacia? Será incapaz de regenerar nada.


¿Es consecuente con el Manifiesto Fundacional?


Aunque el Estatuto es principalmente un documento organizativo, tiene un contenido político, recogido en los “Principios y fines”, que merece una especial crítica. En ellos se consuma la
renuncia a una de las señas de identidad que aglutinaron a quienes fundamos UPyD: la transversalidad. Entre otras cosas, como grave ejemplo, no existe ninguna referencia a la libertad individual y a su defensa ante el Estado. También se ha eliminado totalmente la mención a la democracia fuera de nuestras fronteras, que estaba recogida explícitamente en el Manifiesto Fundacional. En resumen, se renuncia a una buena parte de los principios liberales, que junto con los llamados genéricamente progresistas formaban parte del pacto y proyecto fundacional.

Como resumen, se puede decir que la actual Dirección de UPyD, con la Ponencia que ha elaborado, traiciona por completo a lo expuesto en la Conclusión del Manifiesto hablando de los partidos políticos, que dice: “Ninguno de los grandes partidos nacionales actuales –menos aún los nacionalistas- defiende propuestas equivalentes a las nuestras..... Ninguno, finalmente, está interesado en proponer reformas que revitalicen la democracia mermando el poder de los aparatos de los partidos en beneficio de una deliberación pública y abierta.... Estas son, en cambio, las propuestas que hace nuestro partido.”


¿Qué se podría o debería cambiar?

Lo principal que hay que cambiar se expresa muy fácilmente:
  1. Implantar en el partido la división de poderes.
  2. Convertir los organismos de control en independientes y serios.
  3. Obligar a la transparencia ante los afiliados y la sociedad.
  4. Impedir que se favorezca económicamente a cargos internos o empresas afines.
  5. Que la limitación de mandatos sea real.
  6. Equilibrar los derechos, los deberes y el régimen disciplinario.
  7. Cumplir la letra y el espíritu de la Ley de Partidos.
  8. Recuperar la transversalidad.
  9. Recuperar las personas que apoyan el proyecto inicial.
  10. Darle a la Asamblea la oportunidad real de decidir sobre lo que le compete.
Sin embargo, modificar todo esto no es posible mediante enmiendas parciales, ya que la mayor parte de estos diez puntos se encuentran distribuidos por toda la extensión del articulado. Tampoco tendría mucho sentido cambiar una cosa sí y otra no, porque el origen de todas ellas es el mismo: la democratización y el respeto del pacto fundacional.

Así, la opción elegida no es una enmienda tibia, de mínimos. Partiendo del esquema de la Ponencia, la Enmienda a la Totalidad del Estatuto ha sido revisada en profundidad, sufriendo (o más bien gozando) grandes cambios. Desde luego, no es la única redacción posible, pero pretende ser fiel a lo que los fundadores pactamos y a la necesidad de un partido muy diferente a los demás.

Los cambios concretos son numerosísimos, pero los más llamativos pueden ser:

    Restitución de legitimidad: El I Congreso pasaría a llamarse Asamblea Constituyente. A partir de la finalización de la misma, se abre un período de 30 días en que cualquier afiliado que haya causado baja en el partido podrá obtener su readmisión mediante su simple solicitud. Los expedientes en curso y las sanciones disciplinarias quedan sin efecto. Todos los órganos del partido se considerarán “en funciones” y se abstendrán de tomar otras decisiones que las estrictamente imprescindibles para la gestión del partido. Se iniciarán los pasos previstos para la renovación de todos los órganos, incluyendo la convocatoria de la I Asamblea Ordinaria para celebrar antes de 100 días. De forma inmediata, se constituirá un Comité Electoral provisional formado por sorteo ante notario de entre las personas que figuraban como miembros del Consejo Político en la relación de fecha 29-9-2007.

    Recuperación de la transversalidad:
    Se incorporan algunos conceptos liberales a los principios y fines del partido. Al adjetivo “progresista” se le añada también “liberal”. Entre los fines se añade: “Convertirse en modelo en lo que se refiere a la democracia interna de los partidos políticos...”.

    División de poderes: El Consejo de Dirección pasa a llamarse Comité Ejecutivo, siendo sus funciones las del poder ejecutivo. Las funciones normativas pasan al Consejo Político, donde desaparecen los miembros natos, siendo todos representantes electos. Igualmente sucede con los Compromisarios de la Asamblea. Los órganos de control pasan a ser elegidos totalmente por la Asamblea. Se dota de independencia, incompatibilidad y funciones serias al Comité de Derechos y Deberes, al de Control Económico y al Comité Electoral.

    Elección de cargos unipersonales, órganos colegiados y elecciones primarias:
    Los procesos electorales pasan a ser controlados por el Comité Electoral, sin intervención de los órganos salientes a renovar. Se fomentan los debates entre candidaturas. Se aplica la forma de elección directa para el Portavoz y los Coordinadores. Todos los órganos colegiados se eligen por listas abiertas. Se favorece la integración de candidaturas durante el proceso. Se deja abierta en algunos casos la posibilidad de voto electrónico, pero con exigencias concretas de seriedad y seguridad. Se toma en serio la limitación de mandatos. Se evita la subjetividad en la elaboración de candidaturas en los procesos de primarias.

    Régimen disciplinario:
    Las competencias disciplinarias, de garantía de derechos y de las buenas prácticas de los cargos públicos pasan al llamado Comité de Derechos y Deberes. Se incorpora textualmente lo indicado en la Ley de Partidos. Se equilibra el régimen de derechos, deberes y faltas, permitiendo el debate y la libertad de expresión y tipificando como faltas los abusos de los dirigentes. La última instancia de apelación es la Asamblea General. Se prohíbe y tipifica la contratación arbitraria de cargos del partido, allegados o sus empresas.

    Transparencia:
    Se obliga a publicar y poner a disposición de los afiliados la información sobre cuentas, contratación y retribuciones a cargos. También sobre el número de afiliados.

Además de todo esto, como nota anecdótica, ha sido eliminada del texto nueve veces la preposición “amén”, que pudiera parecer un tanto impropia en un Estatuto laico y siete veces el verbo “ostentar”, por haber sido mal utilizado.


¿Existe alternativa a la Ponencia?


La Dirección, al expedientar y suspender de militancia a quienes nos oponemos a su autoritarismo, muestra que no se atreve a confrontar un debate interno. Es nuestro derecho presentar candidaturas y propuestas, pero se nos niega. Después de todo, las razones para elaborar esta enmienda a la totalidad prevalecen sobre el pesimismo ante los actos de persecución y presión de que somos objeto quienes nos oponemos al secuestro del partido por sus dirigentes. Que nadie crea que se trata de un trabajo inútil, fruto de la candidez y de la falta de otras tareas veraniegas mejores. Ni de lo uno, ni de lo otro. Se trata de una necesidad por ética y por coherencia, además de un paso estratégico en la defensa del proyecto común.


      Javier Carroquino Oñate
      Aragón - Zaragoza


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Apoyo a los compañeros expedientados

Vamos a plantar cara, por el bien de todos, es imprescindible que lo hagamos, que transmitamos a aquellos que como norma de actuación, frente al diálogo y el debate, imponen el atropello de no importa qué derecho, con tal de culminar sus objetivos, cada vez más personales y menos DE TODOS, que esa actitud es absolutamente incompatible con un partido que se autodefine como transversal y regenerador, que hace bandera de una política diferente y de forma también diferente. En cualquier caso, la vigente Constitución Española dice en su Art. 6º:

"Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos."

Esa dirección que afirma no existen diferencias políticas entre ella misma y aquellos a los que nos denomina como "herejes", con sus actos muy poco se compadece de nuestro Manifiesto Fundacional, impidiendo que podamos defender nuestras ideas ante el Congreso de noviembre.

Frente a los que, con todo su derecho, a la primera presión decide abandonar poniéndole a los autócratas, en bandeja de plata, el objeto del que desean despojarnos –"Nadie se apodera de lo que previamente no has abandonado"– algunos de nosotros preferimos defender los que es nuestro, de todos. Así que, parapetados tras su prepotencia, no nos han dejado otra salida que acudir a los tribunales. Razón por la que abrimos esta cuenta bancaria en la que podréis depositar las cantidades que estiméis oportunas para ayudarnos a sufragar los considerables gastos judiciales.

Muchas gracias a todos por vuestra solidaridad.

Podéis realizar vuestras transferencias a la siguiente cuenta

    Entidad: Openbank
    CC: 0073 0100 55 0467749046

    Titular: Juan Espino Sánchez

Aquellos blogs, foros y webs que deseen colaborar con nosotros podeis contactar para que os enviemos el banner de enlace a nuestra página de Aportaciones o copiar de aquí el jpg de abajo y enlazarlo con esta dirección: https://sites.google.com/site/estanoeslawebdeupyd/donaciones



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¿Improvisación o desorganización?

Con fecha de 15 de junio he comunicado vía email al responsable de Organización de UPyD, D. Juan Luis Fabo, así como al Coordinador Provincial de Sevilla, D. Antonio Postigo, la discrepancia evidente entre el Reglamento final del Congreso y la Convocatoria de Asamblea enviada a los afiliados de Sevilla por dos veces (la primera contenía una errata relativa a Málaga, lo que me hace suponer que el envío a esta provincia lleva el mismo texto que el nuestro).
Para que no tengáis que consultar documentos, la situación es que el Reglamento informa:

Para la elección del Consejo Político, en su calidad de órgano deliberativo entre Congresos, se ha optado por una composición mucho más amplia y plural (150 miembros) con 110 miembros elegidos y 40 miembros natos (Consejo de Dirección y Coordinadores Territoriales). Con el fin de potenciar la pluralidad en su composición, el sistema de elección será el de listas abiertas, a las que podrá optar cualquier afiliado que desee postularse, y la elección por voto mayoritario, de manera que los 110 candidatos que reciban más votos serán elegidos miembros del nuevo Consejo Político. El cuerpo electoral, en éste caso, estará constituido por la totalidad de delegados asistentes al Congreso, que votarán in situ, utilizando los terminales informáticos puestos a su disposición.

Mientras que el Coordinador de Sevilla y, al parecer el de Málaga, hacen creer a sus afiliados que:

Elección de miembros del Consejo Político. Podrán presentarse los afiliados que se encuentren de alta y al corriente de sus obligaciones a fecha 11 de septiembre. El plazo para presentarse es del 9 de octubre al 10 de noviembre. La elección de consejeros políticos se realizará entre el 20 y el 21 de noviembre hasta las 20 horas a través de unos terminales que habrá en todas las provincias. Cada afiliado podrá elegir hasta 110 miembros.

Me consta que D. Juan Luis Fabo ha recibido mi email*, pero no he obtenido respuesta, ni tampoco se ha enviado la tercera rectificación que sugiero a D. Antonio Postigo en mi comunicación.

Me pregunto si se trata de algo intencionado, y por eso no se rectifica, lo cual implicaría que ¡otra vez se han cambiado las normas!, o es una torpeza fruto de la improvisación. No sé qué sería peor.

¿Os imagináis a los diferentes afiliados queriendo votar 110 nombres en Málaga y en Sevilla y los señores que han montado las terminales tratando de impedirlo, reglamento en mano? Sería divertido, no me digáis que no.

Por otra parte, tanto Málaga como Sevilla convocan la Asamblea para la elección de delegados para el día 3 de octubre. Casualmente, en la web de Andalucía, para el fin de semana del 2 al 4 se han convocado las I Jornadas Jóvenes y Universidad UPyD. Me pregunto entonces, ¿interesa que los jóvenes de Andalucía no puedan elegir a los delegados del Congreso o más bien se trata de que las Jornadas convocadas (desde el 2 de septiembre) tienen poca utilidad y mejor que vaya poca gente?

Añadido de última hora:
En el Calendario relativo al Congreso tenemos:
3.- ELECCIÓN DE DELEGADOS.-
- Celebración Asambleas Provinciales de elección…...20/09/09 a 15/10/09
- Plazo presentación candidatos………….……hasta 7 días antes de Asamblea
- Espacio web territoriales para publicitar candidaturas………..……15/09/2009
- Impugnaciones Actas de elección…… (3 días s/Asambleas)……18/10/2009
- Plazo resolución impugnaciones……… (3 días s/Asambleas) ….…21/10/2009
- Lista definitiva delegados elegidos……………………………..………......22/10/2009

Estamos a 16/09/2009 y aún no veo ningún espacio habilitado. Mal se cumple el calendario.

Rocío Fondevila
Andalucía - Sevilla


___________________
* Email que conservo por si fuera necesario mostrarlo.
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Suspensión cautelar de militancia

Me veo en la obligación de publicar algunas aclaraciones sobre esta medida que se toma en el ámbito jurídico SÓLA Y ÚNICAMENTE en casos de alta gravedad del delito cometido y con el expreso objeto de evitar que éste se continúe cometiendo por parte del acusado; Por supuesto ésta medida se tiene que tomar basada sólidamente en pruebas contundentes y nunca de forma arbitraria e indiscriminada, de lo contrario se estaría lesionando otro derecho fundamental que es el de PRESUNCIÓN DE INOCENCIA así como el principio jurídico “IN DUBIO PRO REO” (en caso de duda a favor del Reo, un principio legal justamente usado durante miles de años y ya contemplado en el Derecho Romano). Ejemplos de medidas justificadas de este calado lesivo de derechos fundamentales de las personas podrían ser tomadas contra un presunto asesino, un violador, un estafador, etc.… y vuelvo a insistir: con el único objeto de evitar que éste “GRAVE DELITO” se continúe cometiendo por parte del presunto “CRIMINAL” (tal no es el caso).
Pues bien, digo que es importantísimo hacer estas anotaciones porque esta medida tomada de forma GENERALIZADA contra TODOS los expedientados está produciendo consecuencias más demoledoras en este preciso momento que incluso la medida APARENTEMENTE MÁS IMPORTANTE de apertura de un expediente de Expulsión ya que incluso en el dudoso caso de ser resuelto a favor suya, durante todo el tiempo que dure……. ¡ ¡ ¡ ABSOLUTAMENTE TODOS LOS DERECHOS QUE TENÍA COMO MILITANTE EN EL PARTIDO LE HAN SIDO REPENTINAMENTE RETIRADOS ¡ ¡ ¡
…..¿Y QUE SIGNIFICA ESTO?........
Por lo pronto no aparecer en el censo de militantes que pueden ir al congreso. Lo cual significa no poder:
  1. Elegir a los posibles candidatos, ni por supuesto:
  2. Poder presentarse para ser elegido como tal.
  3. Poder presentar ponencias.
  4. Poder presentar enmiendas a las ponencias, ya sea la oficial o la de otros compañeros que no hayan tenido la misma suerte de ser expedientados.
  5. Tanto de lo mismo con la reforma de los ESTATUTOS.
Es por todo ello que deberíamos considerar que el objetivo principal de los expedientes NO sería propiamente la expulsión, (dados los nuevos requerimientos de alegaciones a las también nuevas y también calificables de pruebas irrisorias que están llegando estos días). Es por esto que también se podría afirmar que el objeto último de los expedientes es:
  • Por un lado: eliminar presuntamente la “molesta” disidencia para así hacer el partido que realmente se pretendía desde sus principios: un partido carente de democracia interna REAL (aunque intente mostrar otra imagen al exterior - lo cual podría ser una presunta estafa, tanto a sus militantes como al resto de ciudadanos - )
  • Por otro lado, una acción tan grave, si no más: ADULTERAR PRESUNTAMENTE EL CONGRESO REDUCIENDO AL MÁXIMO POSIBLE LA COMPOSICIÓN DE LOS CONGRESISTAS DISIDENTES PARA PRESENTARLOS A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN COMO UNA “INSIGNIFICANTE” MINORÍA (CONTANDO CON TODAS LAS HERRAMIENTAS QUE LES OTORGA EL PODER QUE OSTENTAN).
Estos motivos, unidos a algunos intentos de promover el diálogo siempre infructuosos (por la negativa a participar en ningún tipo de acercamiento por parte del Coordinador provincial), unidos a mi negativa al mismo Coordinador de desconvocatoria de una reunión de algunos amigos del partido (AL QUE EL MISMO COORDINADOR PROVINCIAL ESTABA INVITADO) para analizar e intentar resolver “algo” me han costado mi propio expediente de expulsión así como la exclusión de todos a los que consideraba compañeros e incluso algún supuesto “AMIGO”, de manera que con la confianza quebrantada tanto en el proyecto como en su líder que se mantiene absolutamente insensible ante la masacre que se está dando en su propio, partido y aún corriendo el riesgo seguro de ser llamado Loco, Estúpido o como mínimo ingenuo, me atrevería a proponer una solución increíblemente sencilla:

ARCHIVO DE TODOS LOS EXPEDIENTES HASTA DESPUÉS DEL CONGRESO


Jesús Reyes Pérez López
Andalucía - Sevilla

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Síntoma: desconfianza. Diagnóstico: sectarismo


De la ilegal e ilegítima destitución de Mª Ángeles Luque, como portavoz del Comité Electoral Local de Tres Canto, el municipio madrileño con mayor porcentaje de votos en las pasadas europeas, ya se ha escrito bien y ampliamente, que yo sepa, en Plaza Moyúa y Ciudadanos en la Red (seguro que dos sitios web que, junto con ésto y otros más, comparte la denominación de "tóxicos" que por venir de quienes viene, resulta ser más un elogio, que un desprecio).

Desde la óptica del aparatero –miembro del aparato o aspirante al mismo, este último más martillo de herejes, si cabe–,
no tiene la menor importancia que para llevarla a cabo, se hayan tenido que saltar reglamentos o estatutos, únicamente sería sumar una transgresión más de los mismos, a las ya realizadas. Eso sí, con el beneplácito del Ojo de Mordor y su cohorte de Nazgûl.

Pero epopeyas aparte –nada de épico hay en la actuación de esos aparateros–,
aparte de ser una arbitrariedad más del "equipo" que pasa totalmente de la voluntad de los afiliados del CEL ¡Toma democracia, Ramón!, lo realmente trágico de esta destitución es que viene a certificar –también una vez más, pero espero que ésta de una manera inapelable– que para UPyD, ha muerto la transversalidad, mejor dicho, ha sido un parricidio porque la han ejecutado aquellos en los que confiamos para que la preservaran.

La intolerancia y el pensamiento único han tomado posesión del partido desde arriba. La selección antinatural (selección negativa) se ha instalado, bien a sus anchas, persiguiendo, en defensa de la propia ineptitud, la eficacia y la buena gestión de los otros, todo lo que no esté supeditado, no a "LO QUE NOS UNE", sino a "LO QUE DIGA LA RUBIA", será anatematizado (para mal pensados, rubia = la consigna del día).

Aunque los hechos se obstinen en desmentirlo, no parece lógico pensar que sean muchos los que se hayan afiliados a UPyD sin leer el Manifiesto. Por ello, no cabe que las ideas sean tan dispares. Aquí, por más que se empeñen gente pequeña en hacérnoslo pensar, no conviven falangistas con maoistas de tercera generación, pero sí se han introducido desde arriba, métodos del más rancio y liberticida sindicalismo leninista.

Ese leninismo organizativo, unido al tradicional pánico del aparatero inepto ante la excelencia o la eficacia de otros, está transformando, por mor de la estúpida soberbia de sus máximos dirigentes –que no dueños–, lo que era un proyecto esperanzador para el futuro de España, en un amargo fiasco y una gran estafa política, resultado del pudridero en el que lo han convertido la ambición política desmedida, en conjunción con el resentimiento de traumas juveniles enquistados. Veamos la pieza que no tiene por donde pillarla:

From: ct.madrid@upyd.es
To: direccion email Mº Ángeles Luque
Date: Mon, 27 Jul 2009 18:45:48 +0200
Subject: Comunicado- Decisión de la CT Madrid

A la atención de María Ángeles Luque,

Por la presente se le comunica que, mediante el acuerdo de 23 de julio de 2009, la Coordinadora Territorial de Madrid ha dispuesto cesarla de sus funciones de portavoz del Comité Electoral de Tres Cantos por carecer de su confianza, por sus públicas discordancias con la actual dirección, que impiden un ejercicio de sus funciones conforme a las posiciones de la Coordinadora Territorial.

Un saludo,

Cristina Muñoz Montes
Responsable de Organización de Madrid

Dice la Coordinadora de Madrid: por sus públicas discordancias con la actual dirección

Dicen los Estatutos actuales sobre los Derechos de Afiliado (Art. 6.7 y 6.8), contra los que no pueden ir ningún jefecillo o jefazo:

6.7.
- A divulgar sus propuestas en el interior del partido con el apoyo de los órganos
de dirección, con vistas a mantener debates internos sobre cuestiones de política
general o sectorial y de programa, y sobre asuntos de la organización.
6.8.- A expresar públicamente sus puntos de vista sobre cuestiones políticas o de
interés general, manifestando libremente sus acuerdos o desacuerdos con la línea
oficial del partido.

Con destituciones como la de Mª Ángeles, estos aparateros, desde el de más arriba, al más ignorante aspirante –algunos con el colmillo retorcido en política–, aprovechándose de nuestra inexperiencia, pretende hacernos creer que salvo que exista una comunión al ciento por ciento en ideas y métodos es imposible trabajar por un mismo proyecto, Ellos son los que rompen la transversalidad de UPyD con decisiones como estas. Si no piensas al cien por cien como yo, no podemos trabajar juntos ¿Es eso transversalidad? ¿Con esos criterios pueden trabajar conjuntamente socialdemócratas y liberales? No se lo creen ni ellos mismos.

¿Qué regeneración democrática puede abanderar esta tropa?


      Juan Espino
      Madrid - Rivas
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A propósito de la ponencia política (II)

Ateniéndonos a los hechos, el comportamiento de nuestro partido es como el de los demás, o puede que peor, si tomamos en consideración que ningún otro en tan poco tiempo ha desmentido tanto su discurso político hacia el exterior con su praxis interna. Si ahondamos en este argumento –y salvando todas las distancias que hay que salvar- UPyD se parece cada vez más al PSOE, lo que no deja de tener su lógica si somos capaces de adentrarnos sin prejuicios en nuestra particular intrahistoria.

El último epígrafe del Título I de la ponencia termina hablando de la “democracia interna”, con el ponente empleándose a fondo con el mismo celo apostólico con el que empezó. Si al principio nos prevenía contra unos enemigos invisibles, favorables a la democracia electrónica y partidarios del fundamentalismo asambleario, ahora nos advierte contra “ciertas corrientes de fundamentalismo político que también han tratado de colonizar a UPyD, intentan reeditar la forma tradicional de partido de masas o partido-comunidad en nombre precisamente de la democracia interna. Pero la identificación de la democracia interna de un partido con el sistema democrático en su conjunto es una falacia capaz de frustrar ese proyecto de regeneración democrática que se pretende abanderar más que nadie”.

¿Qué hay detrás de estas palabras? Pues, simplemente dos cosas:
  1. Que la democracia interna de un partido no tiene porque asemejarse a lo que por tal se entiende en un sistema democrático en su conjunto.
  2. Que en el universo particular de un partido, los límites de la democracia los marca el propio partido, es decir, sus dirigentes.
Esto queda claro cuando, más adelante, la ponencia dice (punto 69) que el principio de separación de poderes es necesario en un sistema constitucional, pero que el cumplimiento de ese principio es absurdo en un partido. Es decir, el partido ha funcionado hasta ahora sin que su máximo órgano de dirección estuviera bajo el control de ningún otro órgano, y se quiere continuar de la misma manera. Esto es un desatino desde el punto de vista democrático, pero no importa porque se supone que el precio que hay que pagar (sumado al que ya se está pagando) es asumible. Hasta las siguientes elecciones queda suficiente tiempo para tapar todos los boquetes que se puedan abrir.

Releyendo la ponencia uno llega a la conclusión de que la misma no tiene nada que ver con la UPyD real de carne y hueso, la que existe y la que, supuestamente, va a salir del Congreso. Es difícil que cualquier afiliado que se haya adentrado en la organización se reconozca en su exposición. Se trata de una construcción teórica, en lo tocante al Título I, engañosa de pies a cabeza, elaborada pensando en “venderla” a los medios de comunicación y a presuntos simpatizantes desconocedores de la realidad del partido. Un mero ejercicio de propaganda. Para terminar de entenderla es necesario leer la ponencia de Estatutos. Entonces ya podemos decir, parodiando a Dante, “lasciate ogni speranza”, sobre la regeneración democrática en el interior del partido.

Obsesionados con la necesidad de hipertrofiar el carácter ejecutivo del partido, el Consejo de Dirección tendrá, todavía, más poder que el que ya tiene. Asumirá todos los poderes y todas las competencias, y será prácticamente incontrolable. El partido se convertirá en una especie de organismo desnivelado, con un “núcleo duro” súper-pensante, súper-expeditivo, con un líder supremo indiscutido (como hasta ahora), y una base de militantes puesta a su servicio para recibir consignas. Todo esto si el Congreso no lo remedia. ¿Y quien remediará el Congreso? Bueno, esto, como diría Kipling, es otra historia.

Lo que nos queda claro es que la Dirección del partido, principal responsable por sus errores, de tener la Organización abierta en canal, en lugar de enmendarse en un ejercicio de diálogo conciliador, prefiere enrocarse y apostar por la engañosa seguridad que hay detrás del sectarismo, para negar la realidad del pluralismo. En la ponencia se prefigura el mismo modelo de partido (pero logrado) con el que salimos a la luz, ahora con mayores dosis de monolitismo, reforzado con el blindaje legitimador que les concederá un Congreso en el que se trabaja para que sea triunfal.

Si, hasta ahora, el partido tenía una coartada, hasta la celebración del Congreso, para no dar vía libre a la democracia; coartada que le ofrecimos los propios fundadores, en donde se mezclaron a partes iguales el sentido de la responsabilidad para proteger una criatura que nacía en un ambiente exterior donde todo estaba en contra, y la buena fe depositada en unas personas de las que se esperaba el mismo grado de reciprocidad en el compromiso de lealtad que auspiciaba el pacto de fundadores; ahora, conocidas las intenciones, salvo que haya un vuelco en el Congreso, sólo se puede esperar un futuro inmediato en el que las normas se sigan aplicando de forma arbitraria y unidireccional, que la desigualdad en el acceso y la distribución del poder adquieran cuasi rango de ley, la pluralidad no tenga otro reconocimiento que el puramente propagandístico, el control del poder sea estatutariamente un imposible, y la conculcación de derechos civiles fundamentales –póngase en primer plano la libertad de opinión- siga siendo una vergonzante seña de identidad. Estos rasgos que son los constitutivos de la democracia –sea en un sistema constitucional o en el interior de un partido- no parece que vayan a ser de posible aplicación en UPyD, a tenor del modelo de partido que se trasluce de la lectura del Título I de la ponencia política.

También parece evidente que el discurso regenerador de los primeros tiempos está agotado. De aquello de que todas las propuestas regeneradoras “requieren de una democratización de los propios partidos políticos” y de que “hay que cambiar los partidos para cambiar la política” (conferencia de Rosa Díez en el Club Siglo XXI, en mayo de 2008), a la ponencia que acabamos de analizar hay un trecho muy largo, aunque en un espacio de tiempo muy corto.

Hay quienes piensan que la experiencia vivida en este tiempo ha obligado a un cambio de estrategia, y, que siendo así, lo honesto sería explicar las razones de esta transformación y defender el nuevo discurso sin subterfugios de ninguna clase. Personalmente, soy de otra opinión. Estoy convencido que el modelo de partido tradicional que se expone en la ponencia –eso sí, aderezado con mil justificaciones teóricas- es el que estaba en la mente de los principales mentores del partido en el mismo momento de su fundación; pero si el 29 de septiembre de 2007 nos hubieran adelantado que el proyecto de regeneración democrática se pretendía afrontar con un partido como el que, presumiblemente, va a salir del Congreso, difícilmente hubiera sido posible despertar el entusiasmo que se generó en tanta gente, gracias a cuyo sacrificio el partido pasó de ser una ensoñación de unos pocos a una realidad institucional en el panorama político español.

      Gerardo Hernández Les
      Andalucía - Málaga
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A propósito de la Ponencia Política (I)


Al hablar de la ponencia política quiero referirme especialmente a los contenidos del Título I de la misma –el que se refiere a la concepción del partido- haciendo salvedad de que los Títulos restantes puedan tener más importancia por si mismos (Reforma de la Constitución, Educación, Modelo económico, etc.), por ser precisamente su objeto lo que da sentido a la existencia del propio partido. Estando básicamente de acuerdo con la exposición de los mismos, el epígrafe referido al modelo de “Estado federal de intensidad media cooperativo” merecería un análisis por separado, no sólo por la trascendencia de su contenido, sino porque con su inclusión en la ponencia, la Dirección del partido vuelve a incurrir de forma contumaz en uno de los vicios a los que nos tiene desgraciadamente acostumbrados: el presentarnos como un hecho prácticamente consumado algo que no ha sido dado a conocer previamente ni puesto a debate en el seno del partido, que se ofrece para ser aprobado en la circunstancia que resulte más favorable para los intereses de quienes lo proponen. Pero nuestro interés se tiene que centrar inexcusablemente en lo que atañe al modelo de partido, porque es precisamente su controversia la que ha provocado la crisis que hoy sufre nuestra organización, que ha desembocado en la suspensión de militancia –en tránsito hacia su expulsión definitiva- de un número significativo de afiliados y a la petición de baja de otro número no menos importante. No nos sorprende en absoluto que, a las primeras de cambio, justificando la aparición de nuevos partidos, el ponente entone la cantinela – sin venir a cuento, y que ya hemos escuchado en otras ocasiones- contra la democracia electrónica y el fundamentalismo asambleario, en un intento de inventarse enemigos donde no los hay, o de querer justificar la represión en el interior del partido hacia quienes en el mismo sólo pretendemos la aplicación de los principios propios del sistema representativo, contra una forma de dirigir el partido que niega las reglas más elementales de la democracia deliberativa. Lo que sí nos sorprende es que un poco más adelante, el ponente se atreva a decir: “pero la falta de correspondencia entre los fines públicos de un partido importante y su funcionamiento interno, o entre los fines proclamados y el sentido genuino de su acción política, genera graves daños para el conjunto del sistema democrático, desde prácticas corruptas hasta el completo desprestigio de la política”. Desde luego, es evidente que si en el panorama político español hay un partido que es una pura contradicción entre los fines que proclama en su Manifiesto Fundacional –y el azote regenerador que esgrime ante los demás partidos- y su práctica interna, no cabe duda que es el nuestro. En 30 años de democracia no ha habido ningún partido en España que, habiendo convocado un Congreso, previamente expediente –con argumentos impresentables que son una pura ignominia- a su supuesta oposición interna, precisamente para que no pueda estar presente en el mismo tratando de defender unas propuestas distintas a las oficiales de la dirección del partido. Más adelante, después de hacer una exposición detallada, en la que podemos coincidir sin reservas, justificando la existencia de UPyD como un proyecto político de regeneración democrática, la ponencia desemboca de nuevo en el asunto mollar del modelo de partido. Se ataca a fondo a los partidos tradicionales de la democracia española, se critica (punto 28) la profesionalización de los cargos políticos como meros funcionarios del partido, y remata: “añadamos a esta profesionalización espuria la selección negativa, el proceso en virtud del cual los mecanismos habituales de cooptación de miembros del aparato dirigente del partido seleccionan y promueven a los sujetos más conformistas o más hábiles en el manejo de esas reglas de juego, en detrimento de los más críticos, independientes o innovadores”. En la ponencia se dicen estas cosas sin cortarse un pelo, y sin que se desencuadernen todas las estructuras de UPyD de una vez para siempre. Parecía imposible que algún día tuviéramos que llegar a contemplar semejante monumento de homenaje al descaro. Cualquiera que no le duelan prendas, y que se haya movido mínimamente entre las estructuras del partido, sabe fehacientemente que, casi desde el primer momento, la Dirección del partido ha ido cooptando a los miembros más afines por obediencia antes que por su capacidad y mérito; que ha intervenido directamente en la remoción de diversas Coordinadoras Territoriales y Provinciales, y que todo lo que acaecía en el partido respondía a un esquema de funcionamiento propio de un modelo de control fríamente diseñado y calculado. Que todo esto se explicara, en un principio, porque creímos que el partido no podía ponerse en marcha sin el otorgamiento de confianza que depositamos en Rosa Díez y en las personas que ella decidió personalmente que formaran el Consejo de Dirección, tenía una cierta lógica. Pero esta confianza se convirtió en un abuso cuando, además de diseñar la política del partido (que era su función), se pretendió controlar todo lo que se movía (incluidos los nombramientos de cargos) del Consejo de Dirección para abajo. En la ponencia, se trata de justificar toda la trayectoria que ha seguido el partido hasta ahora, sin ninguna clase de autocrítica y sin ninguna mala conciencia, y para ello se apoya en el sorprendente hallazgo de la necesidad de lograr un partido instrumental. Pero, ¿es que alguien conoce algún partido que no responda a una concepción instrumental en función de unos fines predeterminados? Todo esto no son más que ganas de confundir a los afiliados, que lo que quieren saber es quien maneja realmente el “instrumento”; o sea, si ese despreciable instrumento –y la organización sobre la que descansa- se rige por un funcionamiento democrático, y su estructura (principalmente su cúpula dirigente) está, a través de órganos adecuados, bajo el control de los propios afiliados o en manos de una camarilla. Pero esto del modelo de funcionamiento según el ponente no importa tanto, porque “conviene no perder de vista que, siendo necesario que los partidos funcionen internamente con el mayor grado posible de participación y debate en la toma de decisiones y promoción de liderazgo, dirigentes, y candidatos, resulta sumamente destructivo que el modelo de funcionamiento se convierta en la preocupación principal, hasta desterrar cualquier otro debate político y alienarse por completo de las preocupaciones públicas que justificaron su nacimiento. Resulta sintomático que los partidarios de dedicar todos los esfuerzos a diseñar una “democracia interna” perfecta sean también los más indiferentes al proyecto de reforma, mejora o regeneración de la democracia que realmente importa: la pública”. Dicho en román paladino: no preocuparos tanto del funcionamiento y de la democracia interna, olvidaros del “instrumento”, que no tiene mayor importancia y ocuparos de otras cosas, que son las importantes. Y, además, lo son de verdad (esto lo decimos nosotros). Lo que pasa es que los que manejan el aparato del desdeñable instrumento también se encargan de las otras cosas. Y si no júzguese lo que ha ocurrido hasta ahora en nuestro partido. Quienes han ostentado el monopolio de la organización también toman decisiones sobre cuestiones trascendentales que afectan a todos (les importe o no el modelo organizativo). ¿En qué debate han participado los afiliados sobre temas como el aborto, las centrales nucleares, las listas abiertas o cerradas; o, ahora, el modelo de estado federal? En ninguno, pero sí se han producido tomas de postura sobre estos temas, que son, oficialmente, las del partido. Lo que significa que sí hay una relación directa entre el modelo de partido y los proyectos de reforma de interés público o la regeneración democrática. Otra cosa distinta es que, de forma interesada, convenga disociarlos. En la ponencia, el concepto de partido instrumental va unido al de partido transversal. Por eso se afirma que “el proyecto originario de UPyD era crear un partido transversal, y lo sigue siendo”. Si la intención es verdaderamente ésta, no está claro que la realidad vaya en esta dirección. Desde el ideario inequívocamente transversal de los comienzos del proyecto hasta nuestros días, los acontecimientos sucedidos en todo este tiempo han transformado lo suficiente la faz del partido como para haber tocado notablemente su originaria transversalidad. En nuestra opinión, el partido es cada vez menos transversal, y esto tiene una lógica evidente. La transversalidad, tanto ideológica como política, requiere de un partido abierto y de una atmósfera interior bien oxigenada. Todo lo contrario de lo que realmente sucede, donde el aire que se respira está progresivamente enrarecido, el partido está cada vez más cerrado, la verticalidad de su funcionamiento y de sus decisiones no creo que nadie objetivamente la discuta, y el clima de desconfianza se ha hecho opresivo: los militantes afectos al aparato ya no dirigen la palabra a los llamados críticos, principalmente para que no se les vea con ellos. Esto está ocurriendo. La Dirección del partido ha optado definitivamente por la ortodoxia –internamente ya sólo se fía de los más próximos- y no está dispuesta a aceptar ninguna clase de discrepancia, y si ésta se produce se reprime sin contemplaciones, como se ha podido comprobar cuando se ha tenido que enfrentar al test de la libertad de opinión. En este clima, hablar de transversalidad es una trampa para incautos.

      Gerardo Hernández Les
      Andalucía - Málaga
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